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Nació un interés y continúo por querer expresar en palabras, ya sea en prosa o en verso, en música, en poesía y abarcando además temas de interés general, es decir con temas académicos que me competen en mi mundo profesional, además de darle un toque holístico, involucrando a otras áreas que son de mi propio interés.

El lenguaje a usar es con respeto a las normas sociales, no pretendo entrar en debate, si hubiese tal situación y comprendo que es parte de la entropía social que existe en los diferentes ámbitos y por tanto debo mantener el orden y disciplina, para no caer en estos vicios de desorden. La discusión es elemental, pero no la marginación y el falsos empoderamientos, que solo llevan a lograr caos, en vez de un pensamiento adecuado y pertinente para nuestro diario vivir.

Es el diario caminar y vivir que me hace ver la magnitud real del ser humano, con sus complicaciones, con sus alegrías y desgracias, de observar como personas fuertes que conocí, hoy las veo en otro plano, totalmente vulnerables y que es ahora donde necesitan un soporte emocional que desde mi posición, les puedo brindar. Asimismo, en algún momento los papeles se invertirán estas situaciones y seremos nosotros quienes necesitemos esa ayuda especial.
Siempre vamos pensando que nuestros problemas son los mayores y peores, pero a cada paso vamos encontrando respuestas claras y contundentes, de que realmente sabemos tomar decisiones apropiadas y es eso mismo lo que nos permite observar todo el panorama y realmente, sentir que podemos ser maestros y aprendices, aprendices y maestros, en el largo caminar de la vida.

La palabra maestro, la llevo desde mi niñez, ser un Maestro, además esta relacionada con la sabiduría, pienso que es cada paso andado, cada reflexión analizada, nos hace de alguna forma maestros, esencia del propio ser humano, por ver felices a los nuestros y a toda la humanidad. Tengo mil errores y tengo mil oportunidades para cambiar cada error, o bien poder entender cada uno de ellos, para ello es vital la reflexión e introspección personal, puedo ser cuestionado, pero nunca ser vencido.
Hoy 8 de junio tras un repentino viaje y el compartir un tiempo con la naturaleza y recordar cada espacio tiempo transcurrido, de recordar cada paso dado y reflexionar, admito que me equivoqué, que debo reconocer que cometí una gran equivocación. A la vez siento una enorme tranquilidad al saber mis respuestas, pero surge una pregunta: ¿Qué debo hacer? tal vez sea necia la pregunta, pero sé que hay muchas cosas que corregir, tal vez no pueda reparar el pasado y el dolor causado, pero tal vez el diálogo sea una forma de brindar paz al alma. Ser maestro es saber la verdad, aceptar que nos equivocamos, aunque hayamos perdido mucho.